La poda es clave para mantener un romero espeso y frondoso. Para estimular su crecimiento, recorta las puntas de las ramas con tijeras de poda afiladas. Esto fomentará la ramificación y evitará que la planta crezca demasiado alta y desordenada. La mejor época para podarlo es a finales de la primavera o principios del verano, cuando su crecimiento es más activo.
4. Suelo y fertilización adecuada
El romero no necesita fertilización constante, pero un suelo rico en nutrientes favorecerá su crecimiento. Usa una mezcla de tierra arenosa con buen drenaje y, si lo deseas, aplica fertilizante orgánico una vez al mes durante la temporada de crecimiento. Evita los suelos muy compactos, ya que dificultan el desarrollo de las raíces.
5. Protección contra plagas y enfermedades
El romero es resistente, pero puede verse afectado por plagas como los pulgones o la araña roja. Revisa periódicamente sus hojas y, si notas la presencia de insectos, aplica remedios naturales como aceite de neem o infusión de ajo.
Siguiendo estos consejos, tendrás un romero frondoso, saludable y lleno de aroma todo el año. ¡Disfruta de esta maravillosa planta en tu hogar o jardín!
