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Cepíllate correctamente: Usa un cepillo de cerdas suaves y pasta dental con flúor al menos dos veces al día.
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No olvides la lengua: Muchas bacterias se acumulan en ella; usa un limpiador lingual.
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Hidrátate bien: La sequedad bucal favorece el crecimiento bacteriano.
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Evita alimentos con olores fuertes: Como ajo, cebolla y café.
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Visita al dentista regularmente: Para detectar posibles infecciones o caries.
Conclusión
El mal aliento puede ser más que un problema social; en algunos casos, es señal de bacterias que podrían causar infecciones bucales o sistémicas. Con una adecuada higiene dental, remedios naturales como el enjuague de bicarbonato y visitas periódicas al odontólogo, puedes mantener tu boca saludable y libre de malos olores.
Si el problema persiste, consulta a un especialista, ya que podría estar relacionado con afecciones como sinusitis, reflujo gastroesofágico o diabetes. ¡Cuida tu salud bucal y disfruta de un aliento fresco todos los días!