
Llantén: La Planta Medicinal – Usos y Recetas
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1 cucharada de hojas frescas de llantén (o 1 cucharadita si están secas)
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250 ml de agua hirviendo
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Miel o limón al gusto (opcional)
Preparación:
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Lava bien las hojas para eliminar polvo o impurezas.
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Colócalas en una taza y vierte el agua caliente sobre ellas.
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Tapa y deja reposar durante 5-10 minutos.
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Cuela y añade miel o limón si deseas endulzar.
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Bebe 2-3 tazas al día para aliviar síntomas respiratorios o digestivos.
Nota: Para uso externo (heridas o inflamaciones), machaca hojas frescas y aplica como cataplasma sobre la zona afectada.
Otras Formas de Aprovechar el Llantén
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Jugo fresco: Licúa hojas con agua para obtener un líquido que puede usarse en gárgaras (aftas bucales) o sobre quemaduras leves.
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Aceite medicinal: Macera hojas secas en aceite de oliva durante 2 semanas. Ideal para masajes en piel irritada o con eccemas.
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Tintura: En alcohol de 70°, útil para conservar sus propiedades por más tiempo.
Precauciones y Contraindicaciones
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Aunque es seguro para la mayoría de las personas, su consumo excesivo puede causar efectos laxantes.
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No se recomienda en embarazadas o personas con alergias a plantas de la familia Plantaginaceae.
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Siempre recolectar lejos de zonas contaminadas (carreteras, cultivos fumigados).
Curiosidades Históricas
El llantén ha sido usado desde la antigüedad:
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Los griegos y romanos lo empleaban para tratar mordeduras de serpiente.
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En la medicina tradicional china, se considera un “enfriador” de la sangre.
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Los nativos americanos lo llamaban “huella del hombre blanco”, pues crecía en los caminos que estos transitaban.
Conclusión
El llantén es un ejemplo de cómo la naturaleza ofrece soluciones gratuitas y efectivas a problemas comunes de salud. La próxima vez que lo veas crecer en tu jardín o en un parque, recuerda que estás frente a un auténtico botiquín natural. ¿Te animas a probar sus beneficios? ¡Cuéntanos tu experiencia!