Los investigadores descubrieron que la proteína GPR133 tiene un papel muy importante en el trabajo de los osteoblastos. Esta proteína está en la superficie de las células y actúa como un “sensor” que detecta ciertas señales del entorno. Cuando se activa,envía instrucciones a las células para que trabajen más y mejor.
n el estudio, los científicos hicieron pruebas en ratones para ver qué pasaba si eliminaban esta proteína. El resultado fue claro: los ratones perdieron masa ósea y sus huesos se parecían mucho a los de una persona con osteoporosis. Esto demostró que sin GPR133, los osteoblastos no pueden formar huesos con normalidad.
El poder de la activación mecánica y química
Lo más interesante es cómo funciona esta proteína. GPR133 responde a dos tipos de señales:
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Fuerzas mecánicas: por ejemplo, cuando hacemos ejercicio o usamos nuestros músculos, los huesos reciben presión. Esta presión ayuda a activar la proteína, que le dice a los osteoblastos que es hora de trabajar.
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Señales químicas: en este caso, los científicos usaron una molécula especial, llamada AP503, que activa directamente a GPR133.
Cuando los investigadores usaron esta molécula en animales con osteoporosis, vieron que sus huesos mejoraron notablemente.